Los Friends, fans and fools son personajes habituales cuando comienza un nuevo negocio. Pero no hemos de fiarnos de su presencia ya que el verdadero reto para nuestra empresa comenzará una vez haya desaparecido el impacto inicial del producto o servicio que ofrezcamos.
Friends, fans and fools es un término cada vez más utilizado en el mundo del emprendimiento y del marketing. Hace referencia al grupo de clientes fijos que cualquier empresa o proyecto, por pequeño que sea, tiene al lanzarse a la luz.
El significado de FFF
FFF es la traducción del inglés de amigos, seguidores y locos. Cuando un negocio comienza hemos de tener algunas consideraciones a la hora de saber qué clientes reales tenemos o cuales proceden de influencias cercanas estándar. Esta triple F enmarca a estas últimas. Por muy mala que sea nuestra idea, siempre contaremos con el apoyo de algún familiar o amigo que nos pondrá buena cara incluso estando en contra de lo que hacemos. Existe además un nicho que siempre acaba por aparecer, de personas que el producto o servicios que ofrecemos le encaja a la perfección. También puede ser que simplemente se dediquen a probar cualquier novedad que aparezca en el mercado.
La cruda realidad del negocio
Por lo citado, es muy importante no dejarnos llevar por el boom del primer impacto. Si tenemos por ejemplo una zapatería, es normal que el día de la inauguración esté llena hasta la bandera. Pero hemos de tener claro que eso no implica que el negocio vaya a tener éxito. La relajación es la tumba de muchos emprendedores que se ven deslumbrados por situaciones así. Cuando nos lanzamos al mundo empresarial hemos de tener en cuenta que el verdadero reto comienza meses después de haber testado nuestro producto. Justo en ese momento cuando ya no es una novedad y toca remar para mantenerlo en boga.
Convertir personas anónimas en fans
Es fundamental realizar la conversión de los clientes puntuales en asiduos. Podemos llamar a este hecho como queramos, pero es algo que ha sucedido desde que los negocios existen. Que nuestros usuarios vean nuestro proyecto como parte de ellos, nos convertirá en la tienda de la esquina que lleva abierta cincuenta años que siempre tiene gente dentro. Este hecho tan simple es uno de los mayores éxitos que pasan desapercibidos a nuestro alrededor. Y no, no les hace falta gafas de pasta ni grandes gráficos. Si tenemos una clientela contenta, los tendremos para siempre.
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