¿Qué ocurre cuando en una reunión con varias personas te mantienes en segundo plano? Exacto, no destacas salvo que alguien se dirija de forma explícita a ti para escuchar tus aportes. Esto se puede aplicar a cualquier faceta social de la vida, donde si nos mantenemos haciendo lo que hacen los demás, será más difícil que se fijen en nosotros. Y si hablamos de marketing, donde la clave precisamente es acercarnos a personas que puedan necesitar nuestros servicios, este aspecto es vital para alcanzar el éxito.
Tener una página web, anunciarse en la radio, realizar un parabriseado o contratar una valla publicitaria en nuestra ciudad, no nos garantiza resultados si no logramos diferenciarnos del resto. ¿Alguna vez te has parado a pensar qué anuncios memorizas más? Siempre nos quedamos con los más disrruptores, graciosos, espectaculares o empáticos, en definitiva, con aquellos que logran destacar entre los demás. Por eso no es lo mismo hacer publicidad, que preparar una estrategia de marketing que nos facilite esa labor. En este artículo vamos a hablar precisamente de eso, de la importancia de las ideas en este área empresarial.
Definir una buena estrategia de marketing
Si no sabemos a dónde queremos llegar, será muy difícil que lo consigamos. Esta premisa, que la repito con asiduidad, es fundamental para poder alcanzar los resultados que esperamos. Uno de los grandes errores que se comete en ese sentido, es no definir correctamente lo que queremos conseguir. Vamos a ver algunos ejemplos de cómo plantear un objetivo de forma errónea y de cómo hacerlo bien:
Mal: Conseguir más clientes.
Bien: En el próximo trimestre quiero conseguir diez ventas más que en el anterior.
Mal: Sacar partido a mi página web.
Bien: En el próximo mes quiero que más de mil usuarios individuales visiten mi página.
Mal: Quiero que se conozca mi negocio.
Bien: Durante la campaña, quiero que al menos cincuenta personas visiten mi local.
Estos son algunos ejemplos tontos que podríamos plantearnos. A partir de ahí podremos construir y valorar si estamos ejecutando bien nuestra estrategia, si alcanzamos o no los objetivos, y analizar cómo mejorar dichos resultados. Si no lo hacemos, estamos abocados al fracaso, por la sencilla razón de que estaremos tirando dardos a una diana con una venda en los ojos.
Marketing de guerrilla como punta de lanza
¿Sabes lo que es el marketing de guerrilla? Es un tipo de marketing, cada vez más utilizado por las grandes empresas, que busca destacar y multiplicar el rendimiento de sus acciones publicitarias a través de la originalidad de sus ideas. Para que lo entiendas mejor, un anuncio en una marquesina de autobuses tiene un precio y un emplazamiento fijo, pero si logramos que cada persona que pase por allí se fije en ella y que, por ejemplo, lo comparta en sus redes sociales, estaremos sacando mucho más partido a nuestra inversión. Y aunque te parezca algo evidente, casi nunca pasa. Basta que lo analices cuando hoy vuelvas a casa. ¿En cuántos anuncios te has fijado de lo que has podido ver o escuchar? Es más, ¿te has llegado a fijar en alguno?
Sí, es cierto que buena parte de la fuerza del marketing es su continuidad y que, a base de repetir, podemos calar en la mente de nuestros potenciales clientes. ¡Ojalá todas las empresas tuviéramos un presupuesto suficiente para poder estar presentes de forma continua en todos los ámbitos publicitarios! Pero, lamentablemente, esto no suele ocurrir. Por eso, una de las premisas que sigo en Simple
Marketing es buscar aquello por lo que tu proyecto pueda destacar.
¿Cómo llamar la atención?
Vamos a hacer un ejercicio de abstracción. Imagina que estás en una fiesta de Nochevieja donde todo el mundo se engalana y trata de mostrar su mejor versión. ¿En quién te fijas? Tal vez en ese chico que lleva una corbata llamativa, en la mujer del vestido rojo, en aquel tipo que baila de manera alocada con un gorro de Papá Noél o esa joven que luce una llamativa falda de lentejuelas. Se nos suele ir la vista a perfiles así, porque marcan la diferencia de distintas maneras: elegancia, locura, sensualidad, diversión, confianza e incluso repulsión. No importa el motivo, la mirada se nos ha ido hacia ellos.
Llévalo ahora al marketing. Si repasas con tu mente anuncios como el de las canciones de la ONCE, el clásico “Hola, soy Edu, feliz Navidad” de Airtel, el de la Lotería de Navidad con su calvo o, por supuesto, la canción de Cola Cao, sabrías describirlos a la perfección e incluso, ahora mismo estés tarareándolo tras leer este texto. ¿Por qué han trascendido? ¿Por qué los tienes grabados en la memoria? Exacto, por que consiguieron llamar tu atención por encima del resto, y nos solo de su momento, sino durante décadas en algunos casos.
¿Qué podemos concluir de todo esto? Que aunque el dinero que invirtamos en publicidad juega su partido, lo que realmente importa es definir una buena estrategia y generar impacto a través de ideas trabajadas. He visto a grandes empresas dilapidar presupeustos obteniendo un resultado mucho menor al que podrían coseguir. Por favor, no cometas el mismo error. Si necesitas ayuda, no te olvides de Simple Marketing.